Música profana

Trovadores y juglares

Historia Juglares y Trovadores

https://www.youtube.com/watch?v=nGOeao9qM6k

 

Trovadores y Juglares, los músicos de la edad medieval - PARTE 1: Los trovadores | Liberiux

https://www.youtube.com/watch?v=1dQeY7PaWgg&t=58s

Trovadores y Juglares, los músicos de la edad medieval - PARTE 2: Los Juglares | Liberiux

https://www.youtube.com/watch?v=nZ0_ZOEvuvk

Qué es un Trovador

Los trovadores, fundamentalmente eran poetas y músicos que desarrollaron expresión artística en el medievo. Se trataban de poetas que escribían sus obras y las dotaban de música con sus propias composiciones, por este motivo se les consideraban tanto poetas como músicos.

Estas obras podían ser interpretadas por ellos mismos o bien podían ser interpretadas por juglares o por ministriles. Esto se debía a que los trovadores solían pertenecer a clases sociales altas, donde la expresión literaria era bien vista pero no tanto, el tocar los instrumentos de manera que a menudo, los trovadores recurrían a los juglares para el acompañamiento instrumental. Más tarde apareció la figura de ministril que siempre acompañaba al trovador y era el encargado del acompañamiento instrumental.

Podemos situar el nacimiento de la figura del trovador en el sur de Francia, concretamente en la zona de la Provenza, finalizando el siglo XI, éste movimiento rápidamente se extendió por toda Europa, siendo una figura más importante en países como Alemania, Italia y España, dándoles por desaparecidos con la llegada del Renacimiento.

El idioma en el que se realizaban estas composiciones era el provenzal. Más tarde la figura del trovador cambió por la de los troveros, sobre todo al norte de Francia. Aunque los troveros había aparecido un siglo después, en el siglo XII, su temática era la misma que la de los trovadores, el amor fundamentalmente, pero éstos utilizaban la lengua d’Oil, lenguaje que con el tiempo daría lugar al francés actual.

Los trovadores en Alemania recibieron el nombre de Minnesinger y su literatura era escrita en alemán. En la zona de Galicia, los trovadores alcanzaron una gran fama e importancia, aquí a sus composiciones se las llamó Cántigas.

Los trovadores solían tener como tema principal canciones relacionadas con el amor, con la visión política y del mundo, siendo  a menudo utilizados como composiciones de propaganda política.

Los aspectos morales también eran tema a tratar en las composiciones, aunque si tenemos que hacer una diferenciación entre temas diremos que éstos se podían dividir en 3 tipos:

  • Los Géneros Condicionados por la Versificación: Aquí lo importante no es la temática sino la métrica, este tipo de géneros solían tratar temas amorosos.  La balada y la danza.
  • Los Géneros Condicionados por el Contenido: En este género se incluye prácticamente todas las temáticas como son los poemas de carácter religioso, pastoral, sobre cruzadas, etc. El canso, el siventés, el planto, el alba religiosa, la pastorela y la serranilla.
  • Los Géneros Condicionados por el Debate entre Trovadores: Composiciones que se destinaban al enfrentamiento mediante un diálogo entre dos trovadores, enfrentados.  Tensón y el juego partido

Según los autores, hay una serie de diferencias entre los trovadores, como el lenguaje que usaban y su lugar de nacimiento que son los que determinan que haya 3 tipos diferentes:

  • Trovadores: vienen del sur de Francia, concretamente de Provenza, y se les conoce por escribir en Oc.
  • Troveros: escribían en la lengua Oil y estos eran de la parte norte del país.
  • Minnesinger: eran trovadores alemanes que escribían en este idioma y que basaban su literatura en el amor

El origen de la figura del trovador está ligada a la aparición de la lengua de oc o lengua occitana, un idioma provenzal antiguo que comenzó a utilizarse, sobre todo en el sur de Francia, en el siglo XI. Desde ahí se extendió pronto a otros zonas adyacentes, por ejemplo el sur de Italia o el noreste de España, sobre todo en la parte del valle de Arán.

Pronto, comenzaron a aparecer personas que empezaron a escribir poemas en esta lengua occitana. Normalmente se trataba de textos que hablaban sobre amor, pero también lo podían hacer de muchas otras cosas. Los versos podían hablar desde política, hasta temas candentes de la sociedad, o tocar otros palos como el humor.

Cabe decir que estos trovadores no realizaban estas creaciones como algo necesario para vivir, esto es, solían ser personas pertenecientes a la alta sociedad y la de trovador no era su ocupación principal. Esto contrasta con la figura de los juglares, que sí se dedicaban de forma permanente a viajar entre los pueblos ofreciendo sus actuaciones.

Se podría decir que, si bien los trovadores surgieron como una especie de poetas de la alta sociedad que ofrecían creaciones fijas y composiciones de mayor calidad, los juglares eran algo así como cuentacuentos nómadas que servían más para divertir a las masas y cuyas historias podían variar a su antojo de una representación a otra.

Como decimos, los primeros trovadores aparecieron ya a principios del siglo XII. De hecho, se conservan documentos que demuestran que a finales del siglo XIV había ya mas de 400 trovadores (fue en los siglos XIV y XV cuando su producción alcanzó mayor importancia). También hay que destacar que en un principio, el trovador se distinguía del poeta en que el poeta escribía poesía en idioma latín, mientras que el trovador lo hacía en lengua romance.

Cabe decir que el idioma occitano en el que se escribían los trovadores sigue siendo una lengua bastante utilizada, no en vano todavía lo hablan casi 2 millones de personas, sobre todo en la zona del sur de Francia, pero como ya hemos dicho, en otras zonas de Francia o Italia. En total, se calcula que unos 8 millones de personas son capaces de entenderlo sin problemas.

Las producciones de los trovadores eran bastante distintas a las de los juglares. En primer lugar, los trovadores eran personas y artistas reconocidos de la sociedad. Ellos mismos componían sus propias obras, y el acompañamiento musical, aunque no siempre las representaban. El tema más habitual de sus composiciones era el amor. Es decir, sus obras no están llamadas a contar grandes gestas o hazañas históricas, sino que buscan ser más íntimas, profundas y personales.

Los dos grandes temas que tratan las composiciones de los trovadores son el amor cortés, esto es, las relaciones de amores y desamores entre los miembros de la Corte, y por otro lado el vasallaje amoroso, que es la rendición amorosa del trovador ante una figura femenina a la cual le dedica sus versos.

En cuanto al modo de estar compuestos, también podemos encontrar diferentes estilos. Por un lado tenemos la canción, una composición formada por 5, 6 o 7 estrofas, normalmente también de temática amorosa. El sirvientés tiene las mismas características en cuanto a longitud, pero suele tratar temas sociales y políticos, normalmente en un tono satírico. Hay muchos otros tipos, según la temática de la que hablen u otras características. Algunos son la tensó, la pastorela, el alba, la romansa, el escondig o la estampida, entre mucho otros.

Si hablamos de estilos generales, podemos hablar de la trova leve o plana, que utilizaba un lenguaje simple e ideas básicas y comprensibles par todo el mundo. Por otra parte estaba la trova hermética, que se basaba en composiciones más personales y complejas, que buscaban la formación de recursos estilísticos o la belleza en formas literarias más profundas.

Qué es un Juglar

Los juglares eran hombres dedicados al espectáculo, eran músicos ambulantes que deleitaban cantando canciones, tocando instrumentos o realizando todo tipo de acrobacias. Los juglares pertenecían, al contrario que los trovadores, a una clase social baja.

Los juglares no componían, simplemente se limitaban a cantar plagiando o copiando las canciones que creaban los trovadores. El lenguaje que utilizaban los juglares era un lenguaje vulgar poco cuidado, el lenguaje del pueblo y de la calle, algo que no era bien aceptado por tanto por la iglesia como por los estratos sociales más altos.

Los juglares no eran los artistas que se contrataban en la corte, ni en palacios, ni en los castillos, los juglares actuaban en las plazas de los pueblos, viajaban de pueblo en pueblo, unas veces se unían a caravanas de feriantes y otras veces realizaba su camino en solitario.

No obstante, aunque no solían gozar de buena reputación, algunos de ellos si llegaron a tener una cierta fama y reconocimiento, estos juglares se establecieron en las grandes ciudades y fueron refinando su espectáculo y su estilo.

Gracias en gran parte a los juglares, se ha conseguido transmitir oralmente tanto tradiciones como relatos épicos medievales. Los juglares han sido capaces de hacernos llegar hoy en día tanto relatos de poesía épica medieval hasta la poesía cortesana que inicia el renacimiento.

Dependiendo del tema central de sus obras o del tipo de actuaciones que llevaba a cabo, los juglares podían ser de diferentes tipos.

Por ejemplo, estaban los juglares líricos que se dedicaban a interpretar las composiciones que hacían los trovadores. Si las historias versaban sobre cantares de gesta u otras historias sobre guerras y batallas, se les denomina juglares épicos.

Sin embargo, al igual que puede ocurrir hoy con los artistas callejeros (precisamente esto eran lo jugares), existía una enorme variedad de juglares que realizaban cualquier tipo de número. Había algunos que imitaban a personalidades famosas o a la gente que presenciaba el espectáculo. Otros hacían trucos de magia. Otros eran cómicos que hacían reír a las gentes vistiéndose con ropa provocativa y haciendo gestos obscenos para la época, etc.

También hay que decir que algunos juglares era de voz, es decir recitaban textos o cantaban durante sus interpretaciones, mientras que otros solo eran de instrumento, es decir, recitaban una pieza instrumental sin acompañamiento de voz.

Los juglares se pueden dividir, principalmente, en dos grandes vertientes (las obras de ambas forman parte del mester de juglaría).

Por un lado estarían los juglares épicos. Estos contaban a los nobles y a las personas que quisieran verlos, historias épicas relacionadas con cantares de gesta. Por su parte, los juglares líricos solían representar obras de los trovadores, normalmente más íntimas y personales, relacionadas con el amor.

La literatura de los juglares era mucho más simple y llana que la de los trovadores. De hecho, muchas de sus obras no tenían base escrita y cambiaban de una versión a otra según quisiera el juglar. Por ello en aquellos tiempos eran unos de los principales transmisores de historias vía oral.

En sus composiciones eran muy frecuentes las alusiones a la audiencia o a una persona en particular «oídme», «sabed que», etc. Normalmente, solían usar en sus versos la rima asonante, debido a que les daba más facilidades par improvisar. La longitud de los versos también era irregular, variando normalmente entre las 11 y 16 sílabas (destacando por encima de todos los alejandrinos).

Diferencias entre un trovador y un juglar

Una vez que sabemos cual era la misión del trovador y a qué se dedicaba el juglar, podemos tener más clara la diferencia entre estos dos grupos de artistas.

El trovador, como hemos visto era una especie de poeta, procedente de una clase social elevada, normalmente pertenecía a la nobleza. Las composiciones trovadorescas respondían a una música fija, y sus composiciones líricas eran plasmadas en papel, lo que aseguraba la transmisión sin variantes del texto.

El trovador no necesitaba representar sus composiciones para poder vivir, simplemente era una forma de expresión y de amor a la lírica y a la literatura.

Por el contrario, el juglar era una persona nómada, sin hogar fijo que recorría los pueblos dando a conocer las composiciones escritas muy a menudo por los trovadores. Estos recitaban con una cierta entonación poco melódica, los textos que previamente memorizaban. Los juglares si se tomaban la licencia de improvisar según se desarrollaba el espectáculo.

Los juglares, a menudo, recurrían a la mímica o a la excesiva dramatización para dar más énfasis a sus relatos, convirtiéndose en los máximos responsables de la transmisión oral de tipo popular, dando lugar a lo que después se llamó folclore. Podemos decir que tanto la figura del trovador (autor) como la del juglar (cantante), dieron lugar siglos más tarde, concretamente en el siglo XX a la figura del Cantautor.

Mester de juglaría

 

Miniatura de unos juglares en las Cantigas de Alfonso X de Castilla

Se llama mester de juglaría el conjunto de la poesía —épica o lírica— de carácter popular difundida durante la Edad Media por los juglares,​ que eran quienes las cantaban o recitaban para el recreo de nobles, reyes y público en general.

En castellano se menciona por primera vez la palabra juglar en 1116, época en que aparecen los juglares en León. Según Ramón Menéndez Pidal, en su estudio Poesía juglaresca y orígenes de las literaturas románicas (Madrid, 1957), la palabra juglar proviene del latín jocularis, joculator, que significa 'bromista u hombre de chanzas'. Por su parte, la palabra mester viene de la palabra menester, a su vez del vocablo latino ministerium, que significa ministerio y, a su vez, 'oficio.

Había dos tipos: los juglares épicos: que recitaban poesía narrativa, y los juglares líricos,​ que se dedicaban a cultivar la poesía sentimental y a difundir composiciones poéticas como serranillas, coplas, poemas compuestos por trovadores etc. En la primera Edad Media (X,XI,XII y XIII) eran más numerosos los primeros; a partir de la segunda mitad del siglo XIII y en el XIV dominan más los líricos.

Según Menéndez Pidal existían distintas especializaciones en el oficio, cada una de ellas con su nombre: el remedador, que se dedicaba a imitar; el cazurro, el que ejercía artes plebeyas; el juglar de gesta, el goliardo, mezcla de estudiante y vagabundo, conocedor de instrumentos y compositor. La palabra incluye también el concepto de músico y sus tipos son muy diversos, desde el cantor de tabernas o el que adornado con paños costosos subía a los palacios y acompañaba los viajes de los nobles hasta el que salmodiaba o histrionaba en las iglesias con toda suerte de instrumentos (la flauta, el salterio, el tambor, el albogón, la vihuela o el rabel). Aunque algunos componían sus propias letras, por lo general repetían textos ajenos.

Los juglares eran unos personajes de humilde origen, cómicos ambulantes que se dedicaban, además, a ejercicios circenses, haciendo juegos malabares, actuando como volatines y saltimbanquis o como bufones que cuentan chistes o tañen instrumentos sencillos, o bailan y cantan representando piezas sencillas de mimo o títeres y, es lo que importa para la historia de la literatura, recitando versos que componían otros autores, llamados trovadores, bien en los lugares públicos (las plazas de los pueblos, sobre todo), bien en castillos de señores feudales por los cuales eran alojados; muchas veces se ayudaban con dibujos.

El verso juglaresco se caracterizaba por su anisilabismo, es decir, era un verso irregular que oscilaba entre las diez y las dieciséis sílabas, con predominio de los versos de catorce o alejandrinos, y usaban como rima la asonante, que proporcionaba más libertad para improvisar y recordar fórmulas fraseológicas que, repetidas habitualmente, servían para rellenar versos mientras los juglares recordaban, como han mostrado los estudios sobre los juglares yugoeslavos. Este descuido diferenció a este mester de juglaría del llamado Mester de clerecía, caracterizado por lo opuesto; tal y como dice su texto fundador, el llamado Libreo de Alexandre , «Mester traigo fermoso / non es de juglaría / mester es sin pecado, ca es de clerecía / fablar curso rimado / por la cuaderna vía / a sílabas contadas, ca es grant maestría»: palabras desdeñosas que indican a las claras el desprecio de los hombres cultos o clérigos por el estilo de esta literatura más popular, la del mester de juglaría.

El repertorio de los juglares solía estar formado por escenas selectas de gestas cuyo recitado era representado ante el público, quien, al oírlas continuamente cada vez que iba a comprar a la plaza iba memorizando las que más le gustaban de forma que algunas todavía perviven en la tradición oral recordadas como romances integrando el llamado romancero viejo. Estos cantares de gesta estaban protagonizados por héroes y caballeros que realizaban hazañas legendarias y personificaban los valores más apreciados por la sociedad medieval. A veces también se adaptaban a las particularidades de cada lugar, introduciendo localismos y noticias. Muchos de los autores de las obras son anónimos, pues se trataba de largos cantos que iban cambiando a medida que se difundían. Los poemas también se denominan cantares de gesta y uno de los más famosos en España fue Cantar de Mío Cid, o las versiones del Cantar de Roldán que triunfó en toda Europa.

Algunos trovadores

Música profana en la Edad Media

https://www.youtube.com/watch?v=LbyjEdz3ce4

 

 

 

Representación en miniatura de Peire Raimon de Tolosa

 

 

 

Peire Raimon de Tolosa ( 1180-1220) fue un trovador de la clase mercantil de Toulouse. Se le conoce como lo Viellz ("el Viejo") y lo Gros ("el Gordo"), aunque algunos piensan que se refieren a dos personas diferentes.  Por otro lado, lo Viellz podría referirse a su pertenencia a una de las primeras generaciones de trovadores.  Dieciocho de poemas de Peire Ramon sobreviven, uno canso con una melodía.

Peire Raimon de Tolosa

https://www.youtube.com/watch?v=JtQZvoaMEy8

Esta es la única melodía del trovador occitano Peire Raimon que ha llegado hasta nosotros. Compuesta en la Alta Edad Media en el Sur de la actual Francia, es un buen ejemplo de la música "profana" de la época, y de la dirección que estaba tomando este arte en aquellos tiempos

Beatriz de Día

Un grupo de mujeres muy reducido que quiso seguir los pasos de aquellos poetas, formaron las Trobairitz, es decir, las trovadoras. Ellas quisieron plasmar en su obra los sentimientos amorosos más profundos y, aunque la historiografía las haya olvidado, la riqueza musical y poética de alguna de sus composiciones están a la altura de los poemas de sus compañeros masculinos. Este es el caso de Beatriz de Día.​

Dibujo medieval de la Condesa de Día.

Beatriz de Dia: A chantar m'ér de çò qu'eu no volria (Medieval Secular)

https://www.youtube.com/watch?v=m2B00v5pD3k

 

Peire Vidal o Peire Vidals (1150-1210) fue un trovador occitano de Toulouse, en activo de 1175 a 1205. Hijo de un peletero; fue protegido del conde Ramón V de Tolosa, en cuya corte comenzó su carrera. Más tarde estuvo al servicio del vizconde Barral de Tolosa, de Alfonso II el casto, rey de Aragón y conde de Barcelona, de Bonifacio de Montferrato y de Ricardo Corazón de León.

Presumía de ser el mejor de los caballeros y el más enamorado, pero en su poesía también se expresa la nostalgia por la ausencia de su país. Viajó por PalestinaItaliaEuropa central y Malta. Fue consejero de grandes personajes de su tiempo y uno de los máximos representantes del trovar leve.

Con fama de petulante y fanfarrón, Martin de Riquer le describe como "rebosante de ingenio y de agudeza, espontáneo y transparentando una auténtica simpatía personal, siempre halla pretextos para componer canciones y raramente deja de ser brillante y agudo".

Se conservan cuarenta y cinco de sus canciones. Las doce melodías que aún se conservan reflejan el mérito de su reputación como músico.

Aimeric de Peguilhan (c.1175 - c. 1239) fue un trovador occitano nacido en Pèguilhan (localidad situada cerca de Saint Gaudens).

Hijo de un mercader de tejidos, su primer mecenas fue Ramón V de Tolosa y después su hijo Ramon Vi de Tolosa. Tuvo que abandonar la región ante la amenaza de la cruzada albiguense y se desplazó al norte de Italia donde permaneció diez años. Se cree que tenía una amante en Tolosa, motivo que le hizo regresar de nuevo. Se sabe que compuso al menos cincuenta obras, de las cuales sólo seis nos han llegado con música:

 

Aimeric de Pequilhon

https://www.youtube.com/watch?v=_ep4Ztnint0

 

Bernart o Bernat de Ventadorn; Castillo de Ventadorn, Francia, hacia 1145 - Monasterio de Dalon, hacia 1180) Trovador occitano, destacada figura de la poesía provenzal y principal representante del trobar leu. A pesar de ser uno de los autores más populares de su época, su obra no fue justamente valorada hasta que fue recuperada por el romanticismo. La originalidad de sus casi cincuenta canciones de atribución cierta reside en su tratamiento de la temática amorosa, caracterizado por una expresión simple, nostálgica, llena de dulzura y suavidad.

 

Bernart de Ventadorn : Can l'erba fresch (Ensemble Céladon : chant, luth, vièle, flûte, perc)

https://www.youtube.com/watch?v=-j4uFTdfTn8

 

 

Adam de la Halle, también conocido como Adam le Bossu (Adam el jorobado) y le boiteux (El Cojo) (c. 1240 – c. 1287), fue un trovador  trovero, puesto que compuso sus obras en legua de oil  , poeta y músicofrancés  quien terminó con la tradición largamente establecida de escribir poesía y música litúrgica, siendo uno de los fundadores del teatro secular en Francia. Pertenece a la tercera generación de troveros, que desarrolló su trabajo entre 1250 y 1300.

Adam de la Halle: Je muir, je muir d'amourette | La Morra

https://www.youtube.com/watch?v=gB-wdKvAAig

 

 

 

Guillermo de Poitiers  conocido también como Guillermo IX de Aquitania o Guillermo el Trovador  (22 de Octubre de 1071-Poitiers,10 de Febreso  de 1126), fue un noble francés, noveno duque de Aquitania, séptimo conde de Poitiers y primero de los trovadores en lengua provenzal en lengua del que se tiene noticia.

Pos de Chantar.Guillermo IX de Aquitania.

https://www.youtube.com/watch?v=Spn8icg2sYg

Versos desde la Cruzada. La música de Ricardo Corazón de León

 

Ja nus hons pris ne dira sa raison
Adroitement, se dolantement non;
Mais par effort puet il faire chançon

Ningún hombre prisionero puede explicar sus pensamientos,
hábilmente, como si no sintiese dolor,
pero para consolarse, puede escribir una canción

Con estos versos da comienzo “Ja nus hons pris”, una canción escrita en 1192. Una canción de consuelo escrita en cautiverio, por un guerrero que a la vez fue duque de Aquitania, de Gascuña, de Anjou, de Maine, de Nantes, lord de Chipre y sobre todo rey de Inglaterra: Ricardo I, Corazón de León.

Ricardo I Corazon de Leon "Je nu son pris" (Grupo de Música Antiga 1500)

https://www.youtube.com/watch?v=2z3i1zlYnZI

Conocido más por su sobrenombre que por su lugar en la dinastía, historia y leyenda se entrelazan a la hora de contar la historia de Ricardo, el hombre que pudo sacarle a un león el corazón por la boca, al que su valentía le hizo ganarse un apodo que ha sobrevivido hasta hoy. Situado en mil y una historias, como las de Robin Hood (con mayor o menor rigor histórico), se decía de él que era un héroe piadoso, alto, con el pelo de un rubio rojizo y los ojos claros y que como su madre, Leonor de Aquitania, había recibido buena educación, que incluía la formación en las artes liberales. De ello es testimonio su poesía, que escribió en francés y en occitano. Y es que, a pesar de ser rey de Inglaterra, sus detractores le recriminaron que no hubiese pasado más de seis meses allí tras su coronación, incluso, que no supiese hablar inglés (algo que, por otra parte, no se sabe a ciencia cierta). Como muestra, démosle la palabra al historiador inglés William Stubbs (1825-1901):

Fue un mal rey: sus grandes hazañas, su habilidad militar, su esplendor y extravagancia, su gusto poético, su espíritu aventurero no puede disimular la falta total de simpatía o consideración por su pueblo. No era un hombre inglés, pero ello no implicaría por lógica que le diese a Normandía, Anjou o Aquitania, el amor o cuidado que negó a su reino. Su ambición era la de un guerrero: lucharía por cualquier cosa, pero vendería todo aquello por lo que valiese la pena luchar.

En cualquier caso, es innegable que el hombre que lideró la revuelta de Poitou, comandando un ejército con apenas dieciséis años contra su padre Enrique II, tuvo sus luces y sombras. Y en uno de estos recovecos, dejó escrita una de las canciones más bellas de su siglo.

El año 1189 fue un año convulso para Ricardo: habiendo depuesto a su padre y nombrado rey, empezó a recaudar fondos para partir hacia la Tercera Cruzada. Ya lo había hecho Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, pero la suerte quiso que al atravesar un río en su viaje cayese del caballo y muriese ahogado por su pesada armadura. Tras él, Ricardo decidió emprender el viaje junto con Felipe II de Francia (cuentan que decidieron marchar juntos por miedo a que en ausencia de alguno el otro invadiese su territorio) y a ellos se unió Leopoldo V, que comandaba lo que quedaba del ejército germánico. Pero la empresa no resultó como esperaba el monarca inglés. Tras tomar la ciudad de Acre, los tres líderes se enzarzaron en una lucha interna por cómo repartirían los beneficios de aquella batalla y, finalmente, Leopoldo y Felipe abandonaron la lucha, dejando a Ricardo sin aliados y con un ejército fuertemente diezmado antes de llegar a Jerusalén. Tras varios avatares, y por no arriesgarse a una derrota total, el inglés llegó a un acuerdo con Saladino, sultán de Egipto y Siria, el que había sido su enemigo principal: la ciudad de Jerusalén permanecería bajo dominio musulmán, pero permitiría la entrada de peregrinos desarmados. Así, Ricardo emprendió su vuelta a Aquitania.

Pero el regreso tampoco fue según lo previsto. El mal tiempo obligó a Ricardo a parar su nave en Corfú, de donde escapó del emperador bizantino Isaac II Ángelo disfrazado de templario; pero la embarcación no resistió, y naufragó en aguas de Aquilea. Ahí hubo de empezar, pues, una peligrosa vuelta a casa a través de tierras europeas. Fue apresado por un viejo conocido, Leopoldo V quien, sintiéndose aún ofendido por lo sucedido en la batalla de Acre, lo acusó de asesinato. Cuenta la leyenda que pese a viajar disfrazado, sus usos reales traicionaron a Ricardo: algunos aseguran que llevaba un gran anillo, otros que pidió pollo asado para comer.

Así, Leopoldo lo mantuvo prisionero en el castillo de Dürnstein, cerca de Viena, hasta entrado 1194. Fue en este cautiverio cuando escribió la canción que nos ocupa “Ja nus hons pris” dirigida a su hermana María de Champaña. Una mujer culta que fue mecenas, entre otros, del considerado padre de la novela, Chrétien de Troyes. En esta canción Ricardo se lamenta del abandono, la tristeza, de los inviernos pasados en el castillo, con unos versos de gran lirismo y belleza.

La leyenda de Blondel y la liberación del rey

Durante el siglo XIII, este episodio de cautiverio fue narrado de una forma de aires casi mágicos, en la que precisamente un trovador tuvo la clave de la liberación de Ricardo. Se contaba que, tras la captura del rey, su trovador, Blondel, recorría Europa castillo por castillo para descubrir dónde se hallaba. Para ello, Blondel cantaba en voz alta una canción que habrían escrito juntos y la cual sólo el rey sabría continuar. Una vez descubierto podría liberarlo.

A pesar de su lirismo, que aprovecharía Grétry para abrir su ópera Richard Coeur-de-Lion en 1784, todo apunta a que se trata de una leyenda con la que el trovador Jean “Blondel” de Nesle no habría tenido nada que ver. La historia de la liberación del rey fue algo distinta. De la prisión de Leopoldo pasó a la de Enrique VI, sucesor de Barbarroja, y pidió a los ingleses 65.000 libras de plata a cambio de la libertad de su rey, una suma que representaba más del doble de lo que la corona inglesa pudiese ingresar en un año. Así, fue su madre, Leonor de Aquitania, la que lo hizo posible: incrementó los impuestos y confiscó los tesoros de oro y plata de la Iglesia. El dinero fue reunido y llegó a territorio germánico a través de los embajadores del emperador Enrique, aunque con una curiosa condición: si esta suma se hubiese perdido por el camino, habría sido por cuenta y riesgo del propio rey Ricardo. Parece ser que todo llegó a buen término: Ricardo Corazón de León fue liberado el 4 de febrero de 1194.

La leyenda del trovador francés que liberó a Ricardo I de Inglaterra nace con Blondel de Nesle, que muchos aseguran fue Juan II de Nesle, un trovero francés, concretamente nacido en Amiens. El apodo de Blondel le vino dado por su larguísimo pelo rubio y además de ser el creador de algunas melodías que posteriormente influenciaron a sus contemporáneos europeos, Blondel formó parte de la conocida Cuarta Cruzada.

Tras su muerte, su nombre se asoció a una leyenda que figura en la obra Récits d´un ménesterl de Reims. En esta leyenda se narraba como Ricardo I de Inglaterra  volvió en 1192 desde Jerusalén a Inglaterra pasando por Alemania. Corazón de León pensaba que podría atravesar los países cristianos sin peligro debido al pacto de caballeros que protegía a los cruzados.  No obstante, el Archiduque Leopoldo de Austria lo capturó entregándolo al entonces Emperador Enrique VI de Alemania.

El monarca permaneció así cautivo en una alta torre sin que nadie en su reino supiera cuál era su paradero. Es justo ahí cuando la figura de Blondel aparece en escena. Cuenta la leyenda que el trovador trabó amistad con el rey, así, cuando se enteró de su desaparición, fue de castillo en castillo entonando una canción que según dicen el propio Ricardo I de Inglaterra compuso.

El joven pasaba por cárceles y castillos sin mucho éxito  intentando dar con el paradero del rey desaparecido. No obstante, ante la falta de suerte, su moral comenzaba a flaquear.

Un día, cuando Blondel ya pensaba que su cruzada particular había fracasado, entonó una canción frente a un último castillo, el castillo de Durstein, con la sorpresa de que acto seguido una voz familiar le contestó estrofas de esa misma canción.

Blondel avisó a Inglaterra del paradero del rey. A partir de ese momento la leyenda del trovador toma varias vías. Mientras algunas creencias populares defienden que Blondel lo ayudó a escapar, otras aseguran que toda Inglaterra se movilizó para pagar el rescate que se pedía por el monarca. Sea como sea, la figura de Blondel quedó grabada para la posteridad, así como su canción que a partir de ese momento fue recordada como la Canción de Blondel.

Melodía de Blondel de Nesle (Cántica Cuarteto)

https://www.youtube.com/watch?v=kAXdt1CWrDE

 

Cantigas de Santa María

 

 

 

Miniatura de la cantiga 36   Miniatura de la cantiga 160

 

El manuscrito de las Cantigas de Santa María, escritas en galaico-portugués  y en notación musical mesurada en la corte del rey Alfonso X el Sabio durante la segunda mitad del siglo XIII (entre 1270 y 1282),​ constituye una de las colecciones de canción monofónica más importante de la literatura medieval occidental. De corte trovadoresco y paralitúrgico, se diferencia de la temática abiertamente profana de los trovadores del resto de Europa y de la música sacra de la época. Se trata de un conjunto de 417 composiciones en honor a la Virgen María. La mayoría son cantigas que cuentan milagros sucedidos con la intervención de María; integran también la obra las Cantigas das Cinco Festas de Santa María, las Cinco Cantigas das Cinco Festas do Nostro Señor, el Cantar dos Sete Pesares que víu Santa María do seu fillo y una maja. La devoción mariana estaba en auge en ese siglo: frailes, clérigos y caballeros en general participaban en ella. El rey alentaba en sus cantigas a poetas y juglares para que dedicaran sus esfuerzos e inspiraciones a la «Santa Dama», e incluso Alfonso X creó una caballeresca Orden de Santa María de España , a la que dedicó una cantiga

 

Estatua de Alfonso X el Sabio realizada por José Alcoverro para la Biblioteca Nacional de España (Madrid)

 

Existen dudas sobre la autoría directa del rey Alfonso X el Sabio  (1221-1284), pero nadie duda de su participación como compositor en algunas de ellas, siendo al menos diez de indudable atribución al rey. Una opinión fundamentada en una nota del manuscrito toledano atribuye al propio rey la autoría de unas cien cantigas. Probablemente, son obras personales del monarca las cantigas de loor y aquellos milagros relacionados con su propia biografía o, quizá, aquellos que le causaron una impresión más fuerte, mientras que los restantes serían obra de los colaboradores integrantes de su corte poética o fruto de su colaboración con él.

Hay un total de 427 cantigas, más una introducción en homenaje a Don Alfonso y dos prólogos. Los textos, la música y las ilustraciones se han conservado en cuatro manuscritos. ​ Las Cantigas de Santa María pueden dividirse en dos grupos:

  • El primero lo forman las narrativas, 356, en las que se compendian de historias, milagros y relatos relacionados con la Virgen, bien sea por su intervención directa o por los amores místicos que su figura genera en las almas piadosas. La mayoría están acompañadas por 2640 miniaturas muy coloridas, de un virtuosismo pocas veces igualado, que por sí solas constituyen ya una obra de arte incomparable.
  • El segundo son las cantigas puramente líricas o de loor, un grupo mucho más reducido. Son elogios de la Virgen o se refieren a festividades marianas o cristológicas. Se trata de poemas más serios, profundos, casi místicos, en los que en lugar de cantar los milagros de la Virgen se reflexiona sobre ella, como en una oración. Estas adoptan la forma de himnos  sagrados como los que se interpretaban en la liturgia, pero que sirvieron a la vez de entretenimiento literario y musical en las cortes palaciegas y fiestas profanas, y que de ahí eran transmitidas por los juglares al folclore de tradición popular.

La lengua de las cantigas marianas abandona los esquemas de la lírica profana de amigos y sus paralelismos ; ofrece una lengua más coloquial, con frases y refranes que todavía sobreviven en la lengua gallega actual. Aunque posee provenzalismos, estos son menores que en las cantigas de amor. Su métrica es más variada que la del resto de las cantigas: en cuanto a la medida de los versos, son de entre cuatro y dieciséis sílabas. La estrofa más frecuente es semejante al zéjel hispanoárabe y se denomina virelay. Aparecen algunas irregularidades rítmicas que se ajustan con todo a las estructuras musicales. Hay mayor riqueza léxica y más variedad de registros que en las Cantigas de amigo, y el lenguaje es tan abierto que admite extranjerismos occitanos, galicismos y castellanismos.

Ilustración del Codex E de las Cantigas.

Miniatura de las Cantigas de Santa María en que aparece un músico provisto de un laúd

La obra tiene gran importancia desde un triple punto de vista: como obra literaria, musical y pictórica.

Desde el punto de vista de la historia de la música, está considerada como la colección de música cortesana monódica más importante del siglo XIII. Alfonso X de Castilla heredó de su padre Fernándo III su Capilla musical que reunía intérpretes y compositores de varias culturas y que formaron parte de la corte alfonsí, al igual que su Escuela de traductores o scriptorium regio. De ellos aparece rodeado en algunas de las ilustraciones de los manuscritos de las cantigas. Además, se conserva anotado en notación mensural, un sistema bastante preciso para la época y normalmente reservado para polifonía sacra, lo que la convierte en una fuente fidedigna para el estudio de la música de tipo trovadoresco.

Las melodías están tomadas de la monodia gregoriana, de la lírica popular y de las canciones de los trovadores, y adoptan en su mayoría la forma de rondó, con un estribillo musical que se repite tras las glosas.

Los códices de la Biblioteca de El Escorial están adornados con profusión de miniaturas. Muchas de ellas han sido de importancia capital para la organografía  española, puesto que allí se aprecian los instrumentos del siglo XIII: organistrum, salterio, laúd, viola de arco, rebec, cítara, arpa, trompa, trompeta, castañuelas, cornamusas, dulzainas y muchos otros. Y también se puede investigar cómo se ejecutaban estos instrumentos, que se han podido reproducir para poder tocar esta música.

Santa Maria, Strela do Dia (Medieval Cantiga) from "O Jerusalem" – APOLLO'S FIRE, Powell, Sorrell

https://www.youtube.com/watch?v=hCGyDmclpS8

Concerto dell'Ensemble Micrologus parte III

https://www.youtube.com/watch?v=sVH3QW5QUDo

Cantigas de Santa Maria parte I - Ensemble Micrologus

https://www.youtube.com/watch?v=8Rk2mI3Gf7M

Cantigas de Santa Maria parte II - Ensemble Micrologus

https://www.youtube.com/watch?v=hdooQRsEVSQ

Cantiga 124 "O que pola Virgen leixa"

https://www.youtube.com/watch?v=DmEAI_3e2ok&list=PL10EAD70E4C4609D3